22 sept 2013

Las vírgenes suicidas - Sofía Coppola (1999)

Kirsten Dunst (Lux Lisbon) conoce a
uno de los galanes más patéticos que he podido
ver en una película, Josh Hartnett
La verdad es que duele que esta película tenga el apellido de Coppola, aunque solo sea un productor. Sofía demuestra con este filme que posee la misma calidad como actriz que como directora.

La historia, el argumento, está genial, el problema es que es una novela, de Jeffrey Eugenides para ser precisos, y lo único que se ha conseguido es destrozarla adaptándola al cine. La película narra la historia de la familia Lisbon, una familia con una moral muy anclada aún a los tiempos de la inquisición católica que, demostrando un mal dominio de la psicología, deciden apartar a sus cinco niñas del mundo para que no vayan por el mal camino, para apartarlas de la tentación. El problema es que las chicas son las típicas americanitas rubias y estupendísimas que todo el mundo adora y tienen detrás de ellas a una pandilla de chicos, uno para cada una, con los que se envían señales desde su reclusión, con morse, música, símbolos, etc. Tras haberse suicidado la pequeña de todas, Cecilia, de 13 años, los padres comienzan a preocuparse y a ser, en consecuencia, más severos si cabe con sus hijas, hundiéndolas en una interminable espiral de depresiones causadas por las ansias de libertad, frustraciones y desencantos que lleva a las cuatro restantes a suicidarse una noche de manera simultánea.

La película refleja los tópicos de las adolescentes, que sienten inseguridad ante el nuevo mundo que se abre ante ellas y el nuevo tipo relaciones que se van desarrollando, aparte de las consecuencias que puede acarrear el intento de privación de libertad a las personas que acaban de comenzar a respirarla y ya se han embriagado con su dulzura, llegando al punto de no retorno en que se ve toda orden injustificada, opresiva y déspota como una hecatombe espiritual que lleva a la enajenación.

En cuanto al reparto, James Woods que interpreta a Ronald Lisbon, padre de la familia es, simplemente fantástico, desarrolla bastante bien la idea de una personalidad tiránica sin forzar demasiado y resultando completamente natural, igual de buena que la actriz Kirsten Dunst en el papel de Lux Lisbon, la chica de 14, que es el pilar fundamental, la figura de la víctima en este drama, pues es la que se toma como ejemplo para que se extrapolen sus desgracias al plano general que conforman el resto de las hermanas, nada caracterizadas. Ella es la única que se rebela, aunque de forma pasiva, es decir, por omisión, ya que pese a incumplir una a una todas las normas surrealistas no se llega a enfrentar nunca directamente a sus padres, de hecho en una escena se denota su cobardía al quemar ella misma finalmente sus discos de vinilo, acatando la orden de su madre en una secuencia que simboliza la renuncia de una adolescente a la lucha por su emancipación, simbolizando esto con la desaparición de la música rock, especialmente de sus preciados Kiss de su vida, veremos como esta se funde bajo el fuego de la sumisión y queda reducida a cenizas. 

Las cuatro "vírgenes suicidas"
Explicaré ahora mi mofa hacia la directora en esas primeras líneas. Como ya he comentado antes, las cuatro hermanas restantes a Lux, poseen una caracterización ínfima, por no decir inexistente, las cuatro actrices pasan la película paseando por la puesta en escena o bien sonriendo dulcemente o bien con una cara de tristeza que, sumándola a los tétricos camisones blancos que portan da como resultado unas almas en pena, dignas de una película de terror. Parecen expuestas para, sencillamente, ser fiel a la novela y lucir sus rubias melenas y sus pálidas caras bonitas, privándolas de toda intervención. En nada se hubiera notado que en vez de cinco hubieras sido dos, Cecilia, necesaria para la coherencia argumental y Lux; aún así, Cecilia (Hannah Hall) brilla por su ausencia.

La película es completamente plana, insustancial, son suicidas con una gran tragedia detrás y, sin embargo, la película carece completamente de dramatismo, de teatralidad, no digo ya que deban forzar ni exagerar sino transmitir la desdicha que acarrean; al final se suicidan y al espectador medio, al que no ha leído la novela ni es conocedor de casos de este tipo en la vida real, le deja totalmente frío, no dan ni un triste atisbo de pena o comprensión. Es verdad que tiene buenos fragmentos como la quema de discos (aquí la actuación de Lux y de la madre, Kathleen Turner, es impecable) o cuando se intercambian telefónicamente música con los chicos, pero por otra parte sobran también muchas secuencias como el baile y otras cosas que no pegan nada con el ambiente creado anteriormente. Intenta en ocasiones recrear un ambiente surrealista que me recuerda a mucho al cine de Lynch, creando sensación de irrealidad con filtros azulados, pero también es un intento fallido. Los planos, por otra parte son muy estáticos, abusa del primer plano enfocando el bello rostro de las chicas, que es verdad que en un principio queda bien, pero una vez bastaba.

Por decir algo bueno comentaré la banda sonora, bien elegida y muy adecuada, pero el filme en sí es un completo fiasco, no creo que hubiese llegado a ninguna parte de no ser por el apellido que lleva la dirección. La historia es muy buena pero hubiese preferido leerme la novela.



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