28 ago 2013

El ladrón de bicicletas - Vittorio de Sica (1948)

Bruno (Enzo Staiola)
No hay palabras para describir la profundidad interpretativa de esta obra maestra del neorrealismo italiano enfocado a los bajos fondos italianos, a diferencia de autores como Antonioni que, en películas como La noche ofrecen una visión de las superfluas preocupaciones de la burguesía más intelectual. En El ladrón de bicicletas, V. de Sica transmite la desesperación de la clase trabajadora en tiempos de la posguerra que se ve obligada a luchar por su propia supervivencia a diario sin amedrentarse ni por un segundo ni perder la dignidad y sin darse más de un segundo para lamentaciones acerca de su penosa situación. 

Antonio (Lamberto Maggiorani) y
Bruno (Ejnzo Staiola)
Esta visión de la sociedad se realiza a través de la historia de Antonio Ricci (Lamberto Maggiorani), un obrero en paro al que le ofrecen trabajar pegando carteles a condición de que él ponga la bicicleta, este trabajo podría sacarle de la miseria en la que está sumido y le daría la oportunidad a su hijo de siete años Bruno, encarnado por Enzo Staiola, de poder dejar de trabajar como limpiabotas para ponerse a estudiar y lograrse un futuro de provecho, pero todos estos sueños se desbaratan como si del cuento de la lechera se tratase, al ser robada su bicicleta el primer día de trabajo sin haber pasado ni un día desde que la sacó de la casa de empeños con mucho esfuerzo y sacrificio económico.


Tras el suceso, Antonio y Bruno buscarán la bicicleta por toda la ciudad metiéndose en infinidad de líos y hostilidades con tal de encontrar lo que se convertirá en su única esperanza de vivir decentemente. La película irá tomando conforme avanza el tiempo un tono cada vez más crudo al ver que será muy difícil por no decir imposible hallarla. Culminando en un dramático final que no contaré por no destrozar la historia, que enseña que la esperanza es lo último que se pierde y no hay que recurrir a medidas desesperadas e imprudentes y aliviar nuestro dolor causando daños a personas igual de honradas y honestas que el resto. No es una película Disney donde los problemas tienen un final feliz y cautivador, esto es realismo y como tal, muestra la descarnada pero cierta cara de la existencia. 

El filme se desarrolla en los barrios de la prole de Roma descoloridos por la indigencia y las penurias de una clase social en plena decadencia a causa de un conflicto internacional en el que no tenía ningún interés pero del que, sin embargo, ha tenido que pagar todas sus consecuencias. Con unas escenas cargadas de expresividad y reforzadas por una sentenciadora banda sonora que nos sumerge de lleno en el drama de la familia Ricci.

La escena más ilustrativa y destacable es la que se produce en el bar, cuando desesperado, Antonio busca consuelo en su propia autodestrucción mediante alcohol y mientras Bruno al escudriñar las mesas aledañas se topa frente a frente con un niño de su edad de una familia pudiente y se ofrece la visión en un único plano de las diferencias sociales, de la injusticia mundial. Caracterizando a los ricos como gente cínica e inhumana frente a la honradez y el desprendimiento de sensibilidad de los trabajadores.

La lluvia se suma a la desesperación

La actuación del chaval es lo más sorprendente de la historia, tiene una contundencia y una capacidad para manifestar los sentimientos, casi siempre de tristeza, enterneciendo al máximo al espectador. Muy recomendable.

Para verla en VOSE:

25 ago 2013

Sacco e Vanzetti - Giuliano Montaldo (1971)

Cartel de la película
Sacco e Vanzetti es una producción italoamericana, una pelicula-documental que narra el drama real de un suceso ocurrido en los años 20 en EEUU, la muerte de dos jóvenes anarquistas a manos del Estado en la silla eléctrica. Interpretados por Gian Maria Volonté (Bart Vanzetti) y Riccardo Cucciolla (Nicola Sacco) se reviven los juicios-farsa mediante los cuales fueron imputados por supuesto robo con homicidio en una fábrica de calzado, un hecho que jamás se comprobó; de hecho el Comité de Defensa consiguió encontrar a los verdaderos autores de los crímenes, una banda profesional de italianos conocida como la banda Morelli, pese a esto sus voces jamás fueron escuchadas y finalmente fueron asesinados. 

Manifestación pidiendo la amnistía
de los jóvenes
El mundo entero se revolvió frente a estos hechos, el movimiento anarquista movió cielo y tierra proclamando su libertad en todas las partes del planeta y se convocaron manifestaciones multitudinarias que fueron duramente reprimidas a las que acudieron no ya solo los camaradas del movimiento sino todas aquellas personas con una leve noción de la justicia y de la libertad humana, aunque todo ello solo sirvió para inmortalizar a estos dos personajes y convertirlos en dos símbolos de la lucha consecuente por los nobles ideales que, como dice Sacco, no podrán asesinar por muchos anarquistas que maten sino que quedarán allí para que generaciones futuras puedan seguir luchando por ellos y crear poco a poco un mundo más justo y libre.

Se caracteriza a Sacco como el más introvertido de ambos, con menos carácter y carisma que Vanzetti, que se muestra como un hombre fuerte, decidido e incorruptible, un perfecto orador. Pese a ello se les expone por igual como hombres nobles, honestos y leales a sus familias, amigos y camaradas. El autor hace una clara crítica, sin lugar a dudas, al gobierno americano que pese a su disfraz demócrata e imparcial censura y acalla las voces que pelean día a día por un mundo mejor sin hacer daño a nadie como pretenden, sino a los intereses de aquellos que se lucran perpetuando un sistema de clases y desigualdades. 

Fotografías de los verdaderos Sacco y Vanzetti,
respectivamente.

En la película se analiza con todo lujo de detalles la falta de neutralidad del juez y del gobernador y sus pensamientos racistas, antilibertarios y antisindicalistas aportando todos los datos reales que se tienen del caso y revelándolos como personas tramposas y ruines en su intimidad. No se pone mucha atención a los aspectos técnicos pero aún así no tiene del todo malos encuadres y la banda sonora, que cuenta con artistas como Joan Baez, es muy buena y adecuada a la situación. Los diálogos y discursos, tanto de una parte como de otra son buenísimos y dignos de escuchar. 

Esta película es muy buena y recomendable tanto para todo anarquista o defensor de la libertad que se precie como para cualquiera que desee informarse sobre este suceso de la historia contemporánea. Curioso es que pese a haber sucedido en los años 20 es un tema que sigue vigente en la actualidad con casos muy cercanos como el del italiano Carlo Giuliani (2001) o el español Carlos Palomino (2007), ambos brutalmente asesinados por las autoridades por, como dice el grupo de ska Ska-P, valga la redundancia : 

"Solamente por revindicar un reparto mas equitativo de la economía mundial 
Solamente por adquirir conciencia, 
Solamente por poner voz a la sin voz
Solamente por pensar..."

Quería expresar mis más sinceros respetos a estas y a todas las demás personas que mueren cada día en defensa de un mundo mejor. Me despido como Vanzetti antes de sentarse en la silla que causó su muerte:

"¡Viva la anarquía!"


"Maintenant Nicolas et Bart
Vous dormez au fond de nos coeurs
Vous étiez tous seuls dans la mort
Mais par elle vous vaincrez!"

21 ago 2013

La diligencia - John Ford (1939)

La diligencia es un gran western a cargo del más grande John Ford en el que varios personajes de lo más heterogéneo entre sí emprenden un viaje en un carruaje a Lordsburg atravesando los territorios de los astutos y crueles indios apaches, asustados ante una posible emboscada convencen al sheriff para que haga de escolta junto a una guarnición del ejército de caballería a la que perderán enseguida y tendrán que afrontar con valor el restante camino por hacer. Los viajeros serán un alcoholizado doctor interpretado por Thomas Mitchell; Peacock, un asustadizo viajante de whisky (Donald Meek); Ringo, un ex-presidiario que busca cobrarse su venganza con la banda de los Plumer por chivatos, al cual da vida un John Wayne en estado puro, tan viril y carismático como siempre; Mallory, una dama embarazada de un capitán del ejército que ha sido malherido (Louise Platt); un banquero ultraliberal de ideas conservadoras (Berton Churchill); Buck, el simpático conductor al que le parece faltar un hervor (Andy Devine); un hombre de negocios sudista, razón por la cual entabla muchas discusiones con el banquero (John Carradine), y, por último Dallas, una prostituta que ha sido expulsada del pueblo en que habitaba por las señoras de la Liga de la Ley y el Orden encarnada por Claire Trevor.

El excelente reparto
(De izquierda a derecha)
Claire Trevor (Dallas), John Wayne (Ringo Kid), Andy Devine (Buck, el conductor), John Carradine
(Hombre de negocios sudista), Louise Platt (Mallory), desconocido, Berton Churchill (Gatewood,
el banquero), Donald Meek (Peacock) y George Bancroft (Wilcox, el sheriff)

Claire Trevor (Dallas) con John Wayne (Ringo Kid)
Después de esta abrumadora y excesiva lista de datos sin conexión alguna, procederé a explicar las relaciones que se forjan entre los personajes, pues en un principio no se conocen apenas entre ellos, pero han sido unidos por el destino para una empresa común, no hay lugar para los prejuicios porque los personajes se irán caracterizando de maravilla durante la historia generando uno de las películas más maduras del género por la habilidad del autor y del reparto para dejar al desnudo las psicologías de los personajes. Entre Henry, o como es conocido en la zona, Ringo Kid y Dallas, (la encantadora rubia de la foto derecha) surge el amor y, pese a los prejuicios sociales en los que hace bastante hincapié el filme, se casa con ella. 

El Doctor Boone, personaje por el que Thomas Mitchell recibirá un Oscar al mejor actor de reparto, es un símbolo de la modernidad en contraste con lo antiguo y será el encargado de ayudar a parir a Mallory, siendo este su momento de gloria ya que el resto del tiempo será el encargado de darle el toque de humor al asunto con sus profundas borracheras gestionadas por el pusilánime Peacock.

Básicamente, como en todas las películas del oeste, se respira un profundo odio-temor ante la barbarie indígena, mostrándose los propios yankees como apaciguadores y salvadores de una civilización en un proceso de formación al que solo se interponen estos nativos. Otro tópico es la presentación de la caballería como la gloriosa e infalible defensora de los hombres honestos. 

El Monument Valley
El pueblo del que parten es una pequeña villa regida por una moral cristiana muy estricta controlada por la Liga de la Ley y el Orden, organización extraoficial encargada de la manutención del orden público y de expulsar a los indeseables y a los estigmatizados por la sociedad, gracias a su colaboración en el pueblo se respira un ambiente de repulsa a todo lo nuevo y lo prejuzgado. Está situado en el escenario favorito de grabación de John Ford en el que, a excepción de El hombre tranquilo, que está rodada en Irlanda, todas las que yo he visto han sido rodadas en estos parajes, en el Monument Valley, localizado en la frontera Sur de Utah con Arizona. Un escenario perfecto para las cruentas batallas entre indios y vaqueros. La buena elección del escenario va acompañada de una mejor incluso selección de canciones populares americanas, escogidas por Boris Morro. 
John Wayne, un coloso del cine
En el gran tiroteo contra los indios apaches.
(De izquierda a derecha)
El conductor, el sheriff, Ringo Kid (arriba), Dallas,
 el banquero y Mallory.
 La última señal del buen cine que representa este filme que mencionaré es la poca acción en el sentido de que los tiroteos y las batallas son muy escasos y algunos ni siquiera se visualizan en pantalla sino que son sustituidos, por ausencia de medios supongo, por sonidos de balas a lo lejos mientras se muestra el plano de, por ejemplo, la taberna del bar con los hombres intrigados por saber que sucederá, en el caso del tiroteo entre la banda de los Plummer y Ringo Kid. A pesar de ello no pierde nada de calidad sino todo lo contrario, ensalza su valor pues con el propio contenido de la película es capaz de fascinar al espectador mientras que otras películas únicamente consiguen tal sensación al incluir miles de efectos especiales en obras carentes de todo sentido artístico. Todo un clásico.

19 ago 2013

Cómo casarse con un millonario - Jean Negulesco (1953)

Una orquesta marca el inicio y el final de esta película en la que tres chicas jóvenes y solteras o, en su defecto, separadas se hacen con un fantástico ático en Manhattan a pesar de sus problemas económicos, tal piso se convertirá para ellas en su cuartel general desde donde desarrollan su plan, un plan que, si triunfa, les solucionará sus vidas y no es otro que el de encontrar un hombre rico para casarse con él, no importa la edad, ni el aspecto, ni su ocupación, solo la satisfacción de poder vivir el resto de sus vidas sin dar ni golpe. 

Marilyn con "su millonario"

Las tres chicas, Lina, Pola y Page no serán otras que Betty Grable, Marilyn Monroe y Lauren Bacall, respectivamente. Estas al llegar no son para nada conocidas pero poco a poco van forzando encontronazos que les harán medrar en la escala social hasta conocer cada una a un ricachón, banqueros y magnates del petróleo, a los que seducirán fácilmente. Tras tiempo con ellos van viendo que estos no aportan ningún desasosiego a sus existencia ya que son personas que están muertas por dentro, tanto o más que su moral. 

En circunstancias similares cada cual conoce a un joven que les hará recuperar rápidamente la alegría de vivir y les hará comprender que la vida es mucho más que el dinero que ocupaba sus hasta entonces dormidas mentes.


El reparto destaca por su genial interpretación de cada uno de sus roles; los encuadres son bastante estáticos al haber pocos exteriores y ser casi todo estructura teatral en grandes salones llenos de lujos y pomposidad. Podremos ver a una jovencísima y encantadora Lauren Bacall como personaje principal siendo la líder y la cabeza pensante del grupo que quita bastante protagonismo a la mítica Marilyn, que tiene un buen papel pero no destaca especialmente y no sale tan caracterizada como en el clásico de Billy Wilder Con faldas y a lo loco.


Esta comedia llena de aparente superficialidad y desprecio hacia los sentimientos, viéndose estos como obstáculos que hacen errar al hombre tomando decisiones que en la práctica no serán muy acertadas, esconde un gran mensaje, el hecho de que al final acaben haciendo caso omiso a sus respectivos millonarios y dejándose llevar por la pasión con fugitivos, guardabosques y otras "simplezas" humanas transmite la moraleja de que, como dice el refrán: "si el dinero entra por la puerta, el amor salta por la ventana", que el dinero y el amor son cosas completamente incompatibles y que no se elige la persona de la que te enamoras con la razón sino que todo proceso de enamoramiento parte de una catarsis de nuestro más hondo de nuestro interior, de nuestro lado animal.
  
(De izquierda a derecha)
Betty Grable, Lauren Bacall y Marilyn Monroe 

16 ago 2013

Easy rider (Buscando mi destino) - Dennis Hooper (1969)

Easy Rider es un film de culto, una road movie que retrata el viaje por Estados Unidos de dos motoristas interpretados por Peter Fonda y por el mismo autor, Dennis Hooper que parece que no quiso perderse la oportunidad de caracterizarse en una figura apasionante para él, un motorista rebelde sin más hogar que la carretera, pues si exploramos la biografía del artista comprobaremos que sentía debilidad por los motoristas, los hippies y en general por cualquier tipo de vida alternativa contracultural como religión, movimiento que se hallaba en pleno auge en la década de los '60.

Peter Fonda (Capitán América)
Billie (D. Hooper) y Capitán América (P. Fonda) son los dos nombres de nuestros protagonistas, los cuales, tras hacer un buen negocio con cocaína decidieron, con el dinero acumulado, atravesar el país para asistir al "martes de carnaval" en Nueva Orleans, Louisiana. En su camino encontrarán bastantes personajes pintorescos y tendrán que superar diversas dificultades, pues la experiencia les demuestra como en cualquier sitio se puede encontrar personas buenas al igual que malas midiendo esta característica en el grado de hospitalidad que ofrecen.

Peter Fonda y Dennis Hooper en sus
improvisados campamentos
Durante la película se manifestará un gran amor por América en forma de banderas, comentarios y símbolos de toda índole, pero no de esta como Estado sino como territorio, adoración a sus parajes, su naturaleza, sus gentes, nada que ver con sus líderes ni sus ciudades, de hecho se hacen bastantes comentarios de carácter cosmopolita y apátrida, así como de repulsa hacia las grandes ciudades que cohíben el espíritu aventurero e inquieto de las personas y hacia el conservadurismo de los pequeños pueblos.

Uno de los personajes más entrañables que conocen es un autoestopista hippie que recogen y con el que pasan unos días hasta dejarlo en una comuna autogestionada que se haya en plena decadencia por el desánimo de sus miembros ante las dificultades que plantea ese modo de vida en una sociedad de corte capitalista. Tras él, el siguiente personaje que se une a su aventura es el abogado Hansen que está interpretado por Jack Nicholson, decide acompañarles para recordar viejos tiempos y el excéntrico tipo, aunque azotado por sus problemas con el alcohol, comparte con los dos amigos conversaciones muy profundas sobre la libertad personal, que durante la película está simbolizada por el excesivo consumo de drogas, el sexo, la ausencia de ataduras, sus largas melenas y barbas y la velocidad. De hecho, una de las conversaciones es mítica dentro del mundo del cine, la pongo a continuación y ya juzgáis vosotros:


Durante la compañía de Hansen, que para mí es el mejor fragmento de la película, se exponen muchas ideas muy interesantes e ironías respecto al racismo en un ambiente de insuperable camaradería. Un diálogo muy llamativo es también el que trata sobre un supuesto planeta extraterrestre donde los líderes no existen puesto que cada uno es consciente de su condición de individuo y se practica el autogobierno, después se compara tal sociedad con nuestro planeta, dejándolo en completo ridículo; es evidente que tal planeta es únicamente una especie de idea platónica de lo que sería una sociedad sana y una forma de criticar muy profundamente nuestra actual forma de organización basada en la dominación de unos hombres sobre otros y en la desigualdad. Esta última conversación es la que aporta el título español de la historia "Buscando mi destino".

De izquierda a derecha
Dennis Hooper (Billie), Peter Fonda (Capitán América)
y Jack Nicholson (Hansen)
El único fallo que le vi a la película fueron las extrañas transiciones entre escenas que, sí, son originales pero a mi parecer quedan en clara disonancia con el ambiente de la película; también el pésimo doblaje en castellano, que fue como la vi por primera vez por no encontrarla en VOSE, si alguna vez tenéis la ocasión vedla el versión original, es un cambio muy importante para disfrutar en plenitud de este peliculón. 

En cuanto a los encuadres y escenarios son preciosos y muy bien buscados, tanto que durante muchos momentos no hacen falta los diálogos ni la acción para entretener al espectador sino que con la perfecta combinación de los paisajes de la América profunda y una banda sonora muy bien elegida con temas de Steppenwolf, The Byrds, Jimmi Hendrix, etc, consigue atraer la atención y no aburrir ni un ápice. 

En definitiva es una película digna de ver en todos los aspectos, con un mensaje que invita a huir de lo convencional y a vivir como realmente queremos eliminando previamente nuestro subyacente miedo a la libertad. Todo un artista Dennis Hooper.

Un icono de la contracultura

Por si interesa, su tema de apertura. 
Steppenwolf - Born to be wild (Nacidos para ser salvajes)

11 ago 2013

La hija de Ryan - David Lean (1970)

Primera escena: una fantástica panorámica de los acantilados de Moher en Irlanda, lugar donde una alegre y dinámica jovencita mata su tiempo libre alejada del pueblo que tanto odia, donde su padre ejerce de tabernero, conforme va paseando por las blancas playas y los escabrosos acantilados van apareciendo en escena los personajes que aparecerán durante la historia.

Rosy le declara su amor a Charles
Rosy (Sarah Miles) es una chica que tendrá alrededor de 20 años y es muy diferente al prototipo de persona que imperaba en su pueblo, pues ella era divertida, bondadosa, idealista, romántica y consideraba su libertad personal por encima de todo, la cual tenía que satisfacer leyendo o acercándose a círculos intelectuales a través de Charles (Robert Mitchum), el cual sentía predilección por la música clásica, especialmente de Beethoven. Fue esto lo que la llevó a declararle su amor a Charles y casarse con él, teniendo que afrontar un duro choque con la realidad al darse cuenta de que su matrimonio se volvía cada vez más monótono a partir de la noche de bodas (escenificada al detalle) hasta alcanzar una gran monotonía en sus vidas con la peor de las rutinas. Al sentirse frustrada por su carencia de emociones provocada en su juventud por el carácter del pueblo y más tarde por su matrimonio, no duda ni un instante cuando un antiguo héroe de guerra del ejército británico lisiado, ahora comandante de una guarnición localizada a las afueras del pueblo, le propone una aventura amorosa a espaldas del mundo, entrando así por un lado en una espiral de engaños, desconfianzas y hostilidades con su marido, y por otro en un desenfrenado ímpetu sexual que le aporta todo el desasosiego que siempre deseó en su vida.

Escena en la que el soldado le "propone"
una aventura
Los habitantes del pueblo, sin embargo, son gente de carácter muy intolerante y crueles ante todo lo diferente, tienden a homogeneizar a toda la población y se muestran hostiles ante quién no se adapta a su rígida moral que no crea sino represión sexual y del propio espíritu al tomar la ética católica como ley de vida en su máxima expresión, todo ello no está provocado sino por la total ignorancia a la que están sometidos y al control mental que ejerce la iglesia aprovechándose de esto último, y a la necesidad de desahogar su vacío de alguna manera, las mayores figuras sobre las que expresan su intolerancia y su inhumanidad son Charlie (John Mills), un pobre hombre deforme que no es consciente de sus defectos y aspira a entablar una relación con Rosy, sus patéticos intentos por conquistarla intensifican la burla de los paisanos, la siguiente sería Rosy, odiada por parte doble: por no satisfacerse sexualmente únicamente con su marido y por haber pecado de adulterio con el peor enemigo y último elemento sobre el que el pueblo mitiga su ferocidad, el ejército británico.

Aquí es donde se cruzan nuestras dos historias, una cuyos protagonistas son las masas y sus sentimientos colectivos y otra que trata sobre las pasiones de varios individuos aisladamente, haciendo ver un gran contraste entre ellas que da a entender la insignificancia del individuo si se le compara con el mundo que le rodea pese a la importancia que este parece darse en su vida diaria y pone en ridículo el egoísmo inconsciente de todas las personas de esta manera.


En la otra historia paralela se gesta una rebelión de corte nacionalista que pretende expulsar al ejército británico de los territorios que este llevaba ocupando mucho tiempo en territorio irlandés. Recordemos también que Irlanda no tiene siquiera un parlamento propio sino que se haya a merced de decisiones británicas, ante esto el pueblo se siente unido por el deseo colectivo de la autodeterminación irlandesa, deseo que el autor legitima al mostrar en esos momentos a un pueblo oprimido por razones externas y de carácter políticas y extraer su hasta ahora oculta nobleza y lealtad al ayudar a (lo que creo que es) una brigada de apoyo del IRA, aparte de mostrar a las tropas inglesas como unos déspotas y unos opresores.

Descubrimiento de las huellas y composición de la
historia en la imaginación de Charles
Cabe destacar también la importancia concedida a la naturaleza por el David Lean en escenas como la de la tormenta, que pone al ser humano a merced de los elementos y vuelve a dejar clara la insignificancia de este frente a un mundo salvaje y hostil contra el que es incapaz de combatir. Otro simbolismo que cobra mucha importancia son las huellas en la arena, en un principio Rosy va caminando colocando los pies sobre las huellas de Charles, simbolizando así su amor hacia él hasta que una ola las borra augurando así su desenlace trágico, más tarde es el propio Charles el que descubre el adulterio al ver las huellas de Rosy junto a las de un pie que cojeaba que no es sino de nuestro lisiado soldadito, dirigiéndose a una cueva oculta en un acantilado cercano a la playa.

Para concluir he de decir que esta película es una de las obras maestras del autor, de tan larga duración como otra muy conocida también suya, Lawrence de Arabia. Con La hija de Ryan la crítica y el público en general no se portó muy bien en un principio, pero finalmente el espectador se vio obligado a reconocer su gran valor. Durante el filme el director juega con diferentes temas como son el amor, el adulterio, el honor, la historia, los nacionalismos y expone un escenario de naturaleza salvaje con preciosas panorámicas del paisaje irlandés que es merecido por la intrincada historia donde la fuerza de las pasiones determinarán el curso de la historia.

7 ago 2013

Saraband - Ingmar Bergman (2003)

Padre e hijo
Las frondosas y salvajes montañas suecas jalonadas con grandes lagos se nos muestran como una especie de lienzo virgen sobre el que nuestro prestigioso director dibuja la historia de una familia azotada por los demonios del pasado, las pinceladas serán los diez capítulos o actos que configuran las ficticias memorias de Marianne, papel que desempeña Liv Ullmann, una de las musas de Bergman, añadiendo además un prólogo y un epílogo en los que la actriz habla a la cámara y muestra unas fotos de escenas claves a partir de las cuales se arrancará la película en sí. 

Todo empieza cuando Marianne visita a su ex-marido Johann (Erland Josephson) con el cual parece llevarse bien y a raíz de la visita va conociendo al resto su familia y estudiando con minuciosidad la psicología de cada uno de ellos, caracterizando de forma inigualable a los personajes, pues estos se encuentran en medio de una crisis que provocará un gran cisma a causa de desbocadas pasiones que dejarán al desnudo el carácter y las verdaderas formas de ser del reparto íntegramente. A grosso modo la historia es la siguiente: 
Karin con su padre, Henry

Johann tiene un hijo al que no puede ni ver, Henry (Börje Ahlstedt), este es viudo y tras la muerte de su amada mujer extrapola su dependencia amorosa por ella a su hija Karin (Julia Dufvenius), pecando así de incesto, la cual le corresponde por un aparente antiguo Complejo de Electra reprimido, esta dependencia le hace cometer locuras cuando su hija acepta una oferta para marchar al extranjero a por mejores oportunidades para iniciar seriamente su carrera de violoncelista. Marianne y Johann actúan como una especie de mediadores u observadores e intercalando de vez en cuando diálogos sobre sus buenos tiempos o sobre interesantes temas muy diversos.


Johann y Marianne

Cada uno de estos breves actos está cargadísimo de una gran intensidad e histrionismo mediante los cuales logra el filme una profundidad que golpea al espectador en cada una de sus escenas. Consigue más fuerza aún introduciendo impetuosos movimientos de compositores clásicos como Brahms o Bach, este último adquiere especial significado en la obra. Los encuadres son buenos aunque estáticos por darse la situación de que apenas importaba la acción sino los diálogos y la interpretación y expresión de los diferentes sucesos. No es una de las mejores películas de este autor por lo que he podido leer, pero aún así a mí me ha resultado una obra magnífica.


2 ago 2013

Sombras y niebla - Woody Allen (1991)

"Sombras y niebla es esa mágica y misteriosa mirada al espíritu que reina dentro de cada emoción"

Protagonista a la vez que director esta vez, Woody Allen nos trae con esta película una de las más atípicas si la enmarcamos dentro de su propio estilo. Esta historia de suspense y comedia a la vez, no podía ser menos, se desarrolla en una sola noche en una ciudad que recuerda a la Inglaterra del siglo XIX, sumida en una densa niebla que está siendo aprovechada por un psicópata para ir asesinando por estrangulamiento a las personas indefensas que encuentra.

Al inicio de la película una patrulla civil formada para atrapar al asesino va a buscar a casa al señor Kleinmann que no es otro que el mismo Woody Allen, un personajillo al que su timidez y su miedo, manifestados en forma tartamudeo, nerviosismo y sumisión hacen patético, resultando muy poco viril al lado de sus compañeros de patrulla. Tras unos instantes estos se van dejando a Kleinmann solo y desconcertado en la calle sin haberle dado a conocer el plan de captura, un plan que todos sus conciudadanos parecían conocer y les servía como forma de cohesión entre ellos, por lo que nuestro personaje se siente perdido y solo ante el mundo por desconocerlo.

Escemas del prostíbulo
Al mismo tiempo se gesta otra historia, ambas se cruzarán más tarde, en el circo de la ciudad, una chica tragasables muy histriónica, Irmy (Mia Farrow), que salía con uno de los artistas del circo, pero todo se acaba entre ellos por la hedonista personalidad del hombre, al cual no le iban las ataduras ni las situaciones permanentes que coartaban su libertad personal. La chica parte con el corazón roto a la ciudad y acaba en un prostíbulo ganándose el sustento demostrándonos que todos tenemos un precio, las otras prostitutas la acogen con bastante calor humano y se dedican a contarle anécdotas de la profesión en un principio, profiriendo divertidas ironías acerca de la sexualidad. No dura allí mucho tiempo, pues la detienen en una redada de la policía.

Woody Allen con Mia Farrow

Al encontrarse más tarde con Kleinmann, la indefensión de este le hace tomar una actitud muy maternal con él, aún así, los dos congenian y se despliega toda la genialidad oculta por su timidez en profundos diálogos sobre la muerte por ejemplo, tema muy mascado en la filmografía de W. Allen. La película parece contener un cariz libertario al mostrar lo horrible de una vida fustigada por la rutina poniendo como ejemplo al carente de emociones fuertes Kleinmann y mostrando el circo como un organismo atestado de personas libres e incapaces de establecerse en un sitio fijo y de echar raíces, con ello critica el miedo a la libertad instaurado en una sociedad marcada por la cultura de la posmodernidad. Una vida que acabará seduciendo a Kleinmann. A todo ello se le une además una fuerte burla a la iglesia y al clero patente en numerosos diálogos.


La magia del blanco y negro, la oscuridad provocada por la noche y la atmósfera errante causada por la niebla configuran una genialidad del cine si se le añade además, el magnífico reparto y las inmejorables bandas sonoras con las que Woody Allen suele embellecer todas sus obras, uno de los elementos más atípicos, como he comentado anteriormente, es que la mayor parte del filme se desarrolla en el exterior, mostrándose este como un ambiente hostil comparándolo con los lugares cerrados y aislados que permiten ser uno mismo, aún así el director se las apaña para exprimirles todo el jugo a sus personajes.