26 jun 2013

Corazón salvaje (Wild at heart) - David Lynch (1990)

Se abre el telón y aparece Nicolas Cage matando con sus propias manos a un hombre ante la pasividad y frialdad de un público que parece incluso divertido con la exacerbada violencia desprendida, esta secuencia hace pensar que el título va referido a las ansias de un hombre por hacer daño a un mundo que a su vez le ha  herido a él. Nada más lejos de la realidad, pues este da vida a un personaje que únicamente quiere ser libre y estar en paz con su entorno. Tras salir de la cárcel, decide burlar la condicional para escaparse con su chica, que sería la joven actriz Laura Dern, la cual aparece en otras entregas de Lynch y estas han sido sus únicas actuaciones con éxito, a otro estado América, estructurando la película en una especie de road trip en el que el sexo y el erotismo cobra una gran importancia al ser para ellos una especie de símbolo de liberación personal y rebeldía.

Nicolas Cage

La historia principal consiste en que la madre de la chica (Lula), una señora histriónica, manipuladora, embustera y obscena interpretada por Diane Ladd intenta matar al chico (Sailor) acudiendo a matones por una suceso del pasado. Realmente a pesar de ser la principal, esta pasa a un plano totalmente secundario pues David Lynch más que a la acción, es a las psicologías de los personajes a las que dedica toda su atención, por este motivo es por lo que los paisajes cobran poca importancia y los que aparecen son los que Truman Capote llamaría "de la América profunda", lugares inhóspitos, desoladores, secos y oscuros, sobre todo esto último, retratando así un clima de irrealidad y ficción muy característico en él. También por la misma razón se utilizan planos bastante cercanos a las caras y en pequeños lugares tales como bares, habitaciones de hotel y el coche.


Escena de la radio del coche
Esta película es un intento por parte de D. Lynch de transmitir sus ansias de libertad caracterizándose en Nicolas Cage y utilizando símbolos tales como los siguientes: la chupa de piel de serpiente que según el protagonista era un símbolo de individualismo y de su fe en la libertad personal y la civilización como un agente hostil y decadente. Esto último se deja ver cuando en el coche encienden la radio y tras unos momentos de escuchar las noticias (símbolo de la civilización) la chica se pone histérica, se baja del coche y corriendo cambian de emisora y ponen rock and roll, una especie de culto a la evasión de la abrumadora y opresora realidad.

Por último comentar los grandes rasgos "Lynchianos" contenidos en el filme que ya comenté en otra película del mismo director (El hombre elefante). Los personajes que parecen sacados de un cuento grotesco hacen su aparición en escenas que son altamente surrealistas, por ejemplo la aparición de brujas que dan consejos a los personajes (la mala simboliza a la madre de Lula) o la puesta en escena de tres gordas completamente desnudas y bailando al son de sus risas que denotan cierta locura, estos fragmentos no tienen nada que ver con la historia pero se introducen como movidos por la necesidad de escribir "Lynch estuvo aquí" una especie de firma irónica del director.


24 jun 2013

The innocents - Jack Clayton (1961)

Ambientada en una Inglaterra del siglo XIX, se le concede la tutoría de dos niños huérfanos a una institutriz puritana (interpretada por Deborah Kerr), hija del párroco de un pequeño pueblo inglés. Este trabajo le requiere mudarse a una gran mansión aislada en Bly, donde también vive el servicio. Allí se dará cuenta de que realmente no están solos y de que tras los muros del gran caserón se esconde una profunda historia que comprende una perfecta combinación de amor, muerte y corrupción. No cuento más del argumento porque cuanto menos conocimiento se tenga de la situación, más boquiabierto irá dejando al espectador durante la rápida sucesión de los hechos.


Es una película que se puede enmarcar dentro del género del terror y el suspense. Consigue mantener al espectador en pura tensión durante toda la historia sin saber lo que ocurrirá hasta el último minuto esta, denota además un gran número de efectos especiales para ser tan antigua que, en conjunto con la genial actuación de los dos huérfanos, los típicos niños británicos muy dulces con camisones blancos de encaje y cara de angelito que tanto hacen desconfiar (tan imitados posteriormente en el género), crean un ambiente de horror muy angustioso acrecentado por las cancioncillas infantiles que estos cantan, la oscuridad de la casa y el resto de ruidos y rápidos movimientos de cámara.


El filme es una adaptación al cine de la novela de Henry James "Otra vuelta de tuerca" y en su guión participó el escritor Truman Capote, grande de grandes. Como adaptación no puedo decir si el libro es mejor o no, como suele pasar, porque no he tenido ocasión de leerlo, pero lo que sí puedo decir es que la película es una obra de arte, imitada hasta la saciedad posteriormente en muchos aspectos. Pondré un par de ejemplos, la melodía de la canción infantil (ver video de arriba) fue copiada por el director Chicho Ibañez Serrador en su terrorífica historia "¿Quién puede matar a un niño?" y el ambiente y en cierto modo la historia será imitada más tarde por Alménabar en "Los otros".

Para concluir quisiera recomendar fervientemente la película a los amantes de esta categoría cinematográfica, no podrá faltar en vuestra filmoteca y también a los cinéfilos en general que soporten un poco de tensión en los brazos y puedan agarrarse a la butaca cual águila a su presa.

19 jun 2013

Stromboli, terra di Dio - Roberto Rosselini (1949)

"Es bella, sexy, respira frenesí, sí, es Ingrid Bergman en Stromboli" - Nega

Ingrid Bergman y Mario Vitale
En la obra magna de Roberto Rossellini, Karin, una mujer de familia acomodada nacida en Europa del Este que cobra vida de mano de Ingrid Bergman, se encuentra en un campo de refugiados italiano en plena Segunda Guerra Mundial (1948) esperando que le den un permiso especial para emigrar a Argentina, pero tras haberle sido denegado, se casa como última vía de escape con Antonio, un oficial del ejército que estaba en su mismo campo (Mario Vitale) y se va a vivir con él a la tierra natal de este, la minúscula y decadente isla volcánica de Stromboli, que desde su llegada la banda sonora es capaz de augurar que algo va mal en aquel territorio.

Allí la protagonista se encuentra con un ambiente hostil y ultraconservador en las gentes que no congenia con su carácter de egolatría, intelectualidad y liberalismo enfrentado, además, a un marido chapado a la antigua, ignorante, intelectualmente mediocre y para rematar machista y violento. Este, en cambio lo ve todo genial, se siente bien acogido y en familia, por lo que no puede llegar a comprender a su mujer y a todas sus quejas responde con un “todo se arreglará” o incluso le echa las culpas por su “falta de modestia” o por su “corta capacidad de adaptación”.

La película tiene un fuerte mensaje de crítica al conservadurismo de los pueblos italianos del siglo XX, los cuales rechazaban todo lo que viniese de fuera, cualquier innovación o cualquier situación que pusiera en tela de juicio sus ancestrales tradiciones, esto se puede observar en la escena en la que ella abraza al joven guardián del faro y a raíz de tan inocente suceso es reconocida en el pueblo por su exacerbado libertinaje y no se habla de otra cosa al día siguiente en la iglesia, donde toda la gente la mira para seguidamente cuchichear con el de al lado, esta escena de la misa es la más representativa del ambiente de amargura y desolación de la isla que lleva al cotilleo y a la aparición de individuos reprimidos que pretenden trasladar su represión a toda la localidad.

También es una crítica a la hipocresía de la iglesia que ve la fe como remedio para todos los males mientras controla la mente de prácticamente toda la región. Hay un diálogo entre Karin y el cura del pueblo en el que se puede advertir esto, cuando ella le pide dinero para irse a América, su tierra prometida, tras contarle con pelos y señales su situación:

Cura: Soy un cura, solo puedo ayudar en confesión o con plegarias.
Karin: Usted es despiadado, como su Dios, y le odio.
Cura: Diga lo que quiera, solo puedo sentir una inmensa piedad por usted. Que el señor la guíe, humíllese, tenga fe y rece.

En breves, se fundirán en un abrazo, dando que hablar a
todo el pueblo (Karin y el guarda del faro)
Al igual que “La Noche” de Antonioni (comentada más abajo) pertenece al Neorrealismo italiano y si nos fijamos sigue la misma estructura, una mujer pudiente se casa con un sujeto interesante y se frustra al ver que, con el tiempo, no logra satisfacer sus pretensiones. Rosselini, no respeta tanto la unidad del tiempo, ya que en la historia han pasado varios meses, pero si las de espacio, está rodada prácticamente entera en el diminuto pueblo y la de acción.

Muestra solo encuadres muy cercanos y centrados en los actores mientras que solo aparece una imagen paisajística, cuando al llegar a la isla la cámara hace un enfoque panorámico del volcán con el pueblo debajo, a pesar de todo y aunque es una obra maestra, no está exenta de críticas y creo que el trabajo de cámara merece una, pues los planos eran muy estáticos, la cámara solo giraba a izquierda y derecha siguiendo los movimientos de la acción y en cuanto los actores se movían cortaba y comenzaba a grabar desde otro punto diferente con unas transiciones demasiado bruscas.

Desesperada evasión
Como conclusión diré que al ser otra entrega italiana merece la pena el verla por el simple hecho de conocer esta formidable industria en su punto álgido, además la actuación de Ingrid Bergman se sale, eso si, intentad verla en versión original, yo la he tenido que ver doblada y pierde mucho.






16 jun 2013

La noche - Michelangelo Antonioni (1961)

Marcello Mastroniani y Jeanne Moreau dan vida en esta película a un típico matrimonio de la burguesía italiana de principios de los sesenta, formado por un intelectual llamado Giovanni Pontano y Lidia, una chica proveniente de la alta sociedad cariñosa, sentimental y dulce que, atraída por el cinismo y la erudición cae locamente enamorada de este para luego llegar al triste y fuerte desengaño al ver que el maravilloso hombre con el que se había casado no era tan interesante como ella imaginó sino que además de no prestarle mucha atención y caracterizarse por su frialdad, lleva una vida bastante tediosa.

Lidia (Jeanne Moreau) reflexiona sobre su vida:
"Vivo completamente sola. He nacido para estar sola".
La segunda parte de la película, cuando empieza “la noche”, se muestra una opulenta fiesta en la que se hallaba reunida toda la clase pudiente de Milán en un jardín con piscina, con caras bebidas y una genial banda de jazz que le sirven al autor para demostrar que pese al dinero y los lujos de estas personas, siguen teniendo un gran vacío en su interior que no completarán ni con todo el oro del mundo producido por su hipocresía y la doble moral burguesa, la cual está llena de insatisfacciones y envidias que, algunos de ellos intentan superar codeándose con la alta intelectualidad, y esto es muy palpable en el acoso que recibe Giovanni por parte de esta gente.

Jeanne Moreau y M. Mastroniani hablan sobre su situación
Esta entrega de M. Antonioni pertenece al neorrealismo italiano, movimiento surgido después de la Segunda Guerra Mundial y que fue utilizado por otros directores como Rossellini y Vittorio de Sica, entre otros. En este género cinematográfico se cuidan mucho las unidades de tiempo, acción y, en menor medida, de espacio, significando esto que todo transcurre en menos de un día, en la ciudad de Milán o en el jardín de la fiesta y que todas las acciones realizadas están encaminadas a contar una única historia, en este caso, la de la crisis de este matrimonio.

La interpretación de estos dos actores es brillante, de hecho, en la primera mitad de la película no hay prácticamente ni un solo diálogo sino que los dos interpretes, en su soledad, pasean cada uno por la ciudad por su cuenta y, mediante los escenarios, los muy diversos planos, la luz y la manera de andar, mirar y, en definitiva, actuar son capaces de transmitir lo que están pensando y sus emociones y no aburrir al espectador a pesar de no contar con ningún recurso sonoro salvo el desagradable sonido de la circulación de automóviles.


El filme puede resultar lento y aburrido si no se profundiza en su argumento o si no se toma en cuenta lo artístico, los recursos, aún así yo, para concluir recomiendo fervientemente esta película, sobre todo para conocer un cine un poco diferente al de la industria americana de Hollywood y acercarnos a este género antes expuesto.

8 jun 2013

Un tranvía llamado "Deseo" - Elia Kazan (1951)

S. Kowalski (M. Brando)
Blanche (interpretada por Vivien Leigh) es una chica aparentemente despistada e inocente que llega a Nueva Orleans para quedarse unos días en casa de su hermana Estella (Kim Hunter) la cual está cegada por el amor que le tiene a su marido Stanley Kowalski personaje al que da vida Marlon Brando, un hombre rudo y de primitivas formas que se pasa toda la película con sus camisetas blancas apretadas (que por lo que he oído marcaron una moda, todos los jóvenes querían ser como Brando) el cual ella ve fantástico a pesar de sus problemas con la bebida y el juego.

La vida rutinaria y sencilla de la pareja se ve interrumpida con la llegada de esta. Estella es muy permisiva con ella e intenta que se sienta lo más cómoda posible, en cambio Kowalski desde el principio sospecha de la bonita y afable Blanche, la cual está cubierta por un velo de misterio e intriga que se va destapando poco a poco.
S.  Kowalski y E. Leigh discutiendo por
el famoso "Código Napoleónico"

El eje central sobre el que parece girar la película es una herencia de las hermanas que es perdida por Blanche, pero este eje de ambición, mentiras y un "Código Napoleónico" repetido hasta la saciedad es excusa para ir descubriendo una historia mucho más profunda donde el amor, el desamor y la muerte cobran mucha importancia.

El filme tiene una especie de estructura teatral, pues está rodada prácticamente en su totalidad en una casa, con poco movimiento de cámara y escenas muy estáticas, por ello prácticamente todo el trabajo artístico recae en la extraordinaria actuación de estos tres personajes. Brando destaca por su papel de tipo duro, frío y sin sentimientos que mantiene igual durante toda la película, mientras que V. Leigh es todo lo contrario, es un personaje que evoluciona muchísimo a lo largo de toda la historia y que es capaz de mantener muchas facetas diferentes al sostener esa especie de trastorno bipolar que parece que posee, lo que implica pasar de cuestión de segundos, de ser una vanidosa y una ególatra repulsiva pasa a una desgraciada victima de la crueldad del mundo.
E. Leigh se comporta como una
colegiala coqueteando con M. Brando
Pese a ser muy escasos los escenarios exteriores, cuando aparecen cobran mucha importancia, la Nueva Orleans que se presenta alegre, extrovertida y con mucha vida cuando todo es genial, a medida que avanza el drama de la película se torna cada vez más tétrica y triste.

Acracio F.

6 jun 2013

Doce del patíbulo - Robert Aldrich (1967)

Reisman (interpretado por Lee Marvin) es un comandante del ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial que, debido a su conducta indisciplinada y obscena se gana el odio de los demás altos mandos, los cuales le cargan el muerto de una misión completamente absurda que este acepta por cuestión de honor, adiestrar a doce reos amnistiados para formar un escuadrón de paracaidistas con el fin de volar por los aires una casa llena de cargos nazis importantes.

Al principio de la película estos doce se muestran como un grupo de personas sin cohesión, individualistas y egoístas en los que no se puede confiar por sus ansias de evasión. Poco a poco los personajes van evolucionando y se van caracterizando hasta que el grupo adquiere la dimensión de un solo individuo, en él adquiere una gran importancia Franko (John Cassavetes) que consigue fraguarse un gran carisma dentro del grupo que le hace lograr el liderazgo, personalmente opino que es la mejor figura del reparto, un brillante actor capaz de comenzar la película inspirando desconfianza y repulsión para acabar convirtiéndose en uno de un admirado héroe de guerra.

 La película se apoya, en su inicio en una magnífica banda sonora que da juego mientras se produce una de las escenas que sinceramente, no pasaría nada si fuese eliminada, y es cuando se presenta a los doce penados,  bombardeando al espectador con una infinidad de nombres, números y datos imposibles de asimilar que se podrían haber ido lanzando a lo largo del filme perfectamente. 

El mensaje de la película no es muy profundo ni moralizador, es el repetido hasta la saciedad en prácticamente todas las historias sobre el ejército norteamericano: dar la vida por la patria proporciona un honor capaz de absolver incluso de una vida de delincuencia y criminalidad.

A lo largo de la película es la luz la que marca la significación de las escenas, creando un juego claridad - oscuridad para dar esta sensación, los vestuarios y decorados son inmejorables, perfectamente adecuados al momento histórico concreto al que se refiere consiguiendo así darle un realismo insuperable, sobre todo en la escena bélica final donde un entramado de planos bastante dinámicos e intrincados, explosiones, luces y otros efectos especiales consiguen darle una espectacularidad justa para mantenernos en el plano de lo real, característica que, por desgracia no podemos resaltar en algunas películas bélicas de la Segunda Guerra Mundial que acaban pareciendo de ciencia ficción. 

La película en general es muy entretenida y no deja tiempos muertos, introduce además bastantes elementos humorísticos proporcionados por la camaradería del grupo y el mordaz cinismo de Lee Marvin y escenas increíbles, como por ejemplo cuando un soldado apostado en la torre de un campanario es disparado y muere mientras suena la campana accionada por su propia caída y otras nimiedades que le dan a esta entrega de Aldrich la categoría de haberse convertido en una de las mejores películas de la historia del cine.
Acracio  F.

5 jun 2013

El hombre elefante - David Lynch (1980)

Y cuando el monstruo se vuelva humano se desvelará el carácter monstruoso del hombre...

John Merrick, interpretado por John Hurt, es un hombre que nació deforme debido al ataque de un elefante sufrido por su madre durante la gestación. En un principio mostrado como un monstruo incapaz de hablar, pensar o sentir, el personaje va evolucionando a lo largo de toda la película hasta dejar de ser el "Hombre elefante" para ser John Merrick, un hombre sensible, lector con buen gusto y, en definitiva, un humano, este proceso de destape de su verdadera personalidad culmina con su presentación a la alta sociedad.

"Bytes" (Freddie Jones), cruel amo de "El hombre
elefante" al comenzar la película
El Hombre Elefante es presentado como un sujeto pasivo ante el que se va descubriendo el lado malvado y despiadado de la sociedad: su miedo irracional hacia lo que no es capaz de comprender, la crueldad con aquello que se muestra débil, la ambición, capaz de explotar la desgracia de una persona con fines lucrativos o para aumentar el prestigio aunque la pérdida de la propia dignidad sea el precio a pagar. 


John es presentado a la alta sociedad
durante una obra teatral

     

La explotación del fenómeno tiene dos fases, la primera, por parte del pueblo llano, en concreto Bytes (interpretado por Freddie Jones) que abusa y maltrata sin contemplaciones ni tapujos del individuo y la segunda fase, por parte de la alta burguesía que, bajo una cara amable y de filantropía continúa con el utilitarismo degradante hasta el punto en el que Frederick Treves (Anthony Hopkins), cirujano que arranca a J. Merrick de la calle, se pregunta "¿Soy un héroe o un villano?".

Anthony Hopkins y John Hurt
Esta es dista mucho de las modernas entregas de David Lynch, como Mulholland Drive o Una historia Verdadera pues se desenvuelve en un ambiente más antiguo, con planos más pequeños, oscuros e íntimos que pocas veces supera la amplitud de una habitación. Las escasas escenas de la calle se desarrollan en un Londres triste y apagado muy parecido al París de Trauffaut. La creación de angustia y tensión en las primeras escenas por parte del "Hombre elefante" se suceden una tras otra intercaladas con tiempos en los que la ficción se mezcla con la realidad en el más puro estilo "Lynchiano" gracias a la aparición de personajes estrambóticos de mirada perdida, frases cargadas de misterio y sinsentidos y una rápida sucesión de flashes, imágenes en movimiento en segundo plano y otros recursos que le dan a uno la sensación de estar viviendo un sueño.

Con el esquema desgracia - felicidad - desgracia - felicidad, alcanzando ésta última su punto álgido cuando el protagonista es besado por una actriz prestigiosa tras haber representado estos un fragmento de Romeo y Julieta, justo antes de su presentación en la alta sociedad, David Lynch nos trae una de sus mejores entregas, muy recomendable, sobre todo para los amantes del buen cine.
Acracio F.