30 jul 2013

September - Woody Allen (1987)

"El universo es fortuito, moralmente neutro y enormemente violento"

Mia Farrow en el cartel de la película
El fin del verano con la entrada del mes de Septiembre es el telón de fondo de esta entrega de Woody Allen, el cual no es parte del reparto a diferencia de su mujer, Mia Farrow. 
La historia se desarrolla en una casa aislada del mundo en la que conviven seis personas, las cuales configuran el reparto en su totalidad, este aislamiento permite a los personajes comportarse de manera que muestran tal y como son, produciéndose así un estudio de las psicologías muy característico de las películas de W. Allen.

Peter, el escritor (Sam Waterson) y Steffi (Diane Wiest)
Mia Farrow hace de Lane, una jovencita tímida, humilde e introvertida a causa de un trauma sufrido a costa de una situación de su adolescencia, está enamorada de Peter (Sam Waterston), un escritor de carácter frágil y muy bohemio que a su vez anda detrás de la mejor amiga de Lane, Steffi (Diane Wiest) que está casada y tiene niños, aunque a veces le sobreviene un impulso que le empuja a corresponder al atractivo artista para darle emoción a una existencia que, según sus palabras "vivía por inercia". Para completar este intrincado triángulo amoroso, aparece la figura de Howard (Denholm Elliot), un profesor de francés que rondará los 50 años y que se encuentra locamente enamorado de Lane.

Aparte de estos cuatro integrantes de este escabroso y enrevesado juego de pasiones, aparece la madre de Lane y su marido, consumándose así esta historia que posee una estructura teatral con sus unidades de tiempo y espacio, pues todo sucede en un par de días sin salir en ningún momento de la ya mentada casa. La madre, Diane, interpretada por Elaine Stritch es una vividora cargada de energía y decisión, con gran afán de protagonismo a causa de su carácter ególatra y extrovertido, a pesar de su vejez nada le impide continuar su filosofía epicúrea llena de jovialidad; actúa de alcahueta de su hija con la impulsividad que le caracteriza y es la típica persona que se regocija contando historias de su agitada juventud de la que está tan orgullosa.

El marido Lloyd, al que da vida Jack Warden, por el contrario es un tranquilo profesor de física que se agarró a un clavo ardiendo al casarse con Diane, la cual con mucho acierto pensó él que daría emoción a su vida y llenaría el vacío provocado por una existencia sin grandes conmociones.

Cobra especial importancia en el filme el arte en forma de literatura, cine y música, de esta última se vale el director para dar un ambiente aún más trágico a la escena con suaves melodías de piano y un maravilloso jazz para los momentos más agitados. Es una película en la que no destaca para nada la acción sino los sentimientos, expresados a veces con el tiempo atmosférico, que es la única utilidad expresiva que tiene el exterior.

El verano y Nueva York se muestran como símbolos de la locura juvenil, la libertad personal y las emociones fuertes, mientras que el invierno y París personifican espacios para reflexión y la creación artística así como para amar en plenitud por su ambiente intimista e introvertido. A cada uno de los personajes se le encuadra dentro de uno de los dos lugares dependiendo de su filosofía de vida y su forma de ser, lugares entre los que tendrán que elegir para emigrar tras este mes de transición como lo es Septiembre. Un punto de inflexión para las vidas de nuestros seis individuos.


16 jul 2013

The Hustler - Robert Rossen (1961)

Esta historia gira en torno a un eje que a simple vista no puede contener mayor significado que cualquier otro juego: el billar. Sin embargo, tras esta aparente banalidad se esconde un profundo mensaje y una intrincada historia donde las pasiones, el triunfo y la derrota, la ambición y el poder adquirirán un significado trascendental y que por muchos años que pasen desde su estreno, seguirá estando tan vigente en la sociedad como el primer día.

Un jovencísimo Paul Newman encarna al protagonista de todo ello, Billie Felson el Rápido, un buscavidas que engaña a incautos en un principio en salones de billar de mala muerte haciéndose el torpe borracho y apostando bajo para dar el golpe final mostrando su magnánimo talento para el billar cuando todas las apuestas fuertes van contra él. Podría haber continuado haciendo esto toda la vida y vivir de lujo siendo un hombre de ninguna parte, pero sus ansias de fama son insaciables y decide instalarse al lado del salón de billar más prestigioso de EEUU, un íntimo espacio, tranquilo y aparentemente puritano donde la prohibición de beber y el cartel de NO GAMBLIMG (NO APOSTAR) resultan incluso irónicos, todo ello con la adición de una suave música jazz y el toque sesentero que el blanco y negro le puede dar, conforma una especie de burbuja idílica alejada de la civilización donde se reúnen todas las estrellas del billar y juegan hasta altas horas de la madrugada y aquellos que no dominan el juego no son sino buitres que se valen del servilismo  y la adulación para conseguir dinero o poder al estar junto al ganador. 

Minnesotta Fats (Jackie Gleason)
Es en ese corrupto ambiente burgués de cigarros y caros whiskys, en el que el billar deja de ser un juego para convertirse en una despiadada lucha de egos y, a la vez, en un espectáculo, donde el joven pícaro reta al conocido como el mejor jugador de billar del país, el Gordo de Minnesotta, interpretado por Jackie Gleason. Derrotarle era para Billie el único objetivo en su vida, pero este en un principio resulta ser superior por poseer, tal y como será dicho más tarde por Bert (George C. Scott), carácter aparte de talento y saber mantener la compostura, siendo una especie de muro de consistencia sobre el que se volcaban las pasiones desbocadas del arrogante y orgulloso Billie. 

Piper Laurie y Paul Newman entablan un profundo diálogo
sobre el significado del billar
Tras la traumática derrota B. Felson entra en una espiral de decadencia que se acentúa aún más cuando conoce a Sarah, (Piper Laurie) también mentirosa, a parte de solitaria y enamoradiza que ahoga sus penas diariamente en alcohol, con ella comienza una relación amorosa sostenida a través de la posesión, el alcohol, el sexo y el dinero, formándose otra especie nube aislada del mundo en casa de ella, que es donde se instala el muchacho.


De hecho, uno de los diálogos de la pareja comienza con la fría intervención de Paul Newman que coloco a continuación::

"¿Cuál es tu idea del amor, cadenas?" 

Detrás, George C. Scott, poco antes de comprar
el alma de Billie
En una última etapa de la historia, el chico entra a estar al servicio de Bert, un aristócrata rico poseedor de un vacío interno tan grande y una insatisfacción tal que su principal pasatiempo consiste en sacar a gente con talento de las calles y, con la excusa de hacer aflorar ese talento corrompe y humilla hasta que su víctima no conozca el significado de la dignidad y destruye hasta el último ápice de sentimiento del chico por lo que hace, alienándolo hasta el extremo. Y todo ello por el mero hecho de poseer dinero e influir en las altas capas de la sociedad. Quiere que juegue PARA ÉL y utiliza su soberbia, su talante y su capacidad para deshonrar a otros nobles y medrar socialmente.

"Contigo no hay mañana, pues este te pertenece porque lo has comprado barato en el día de hoy", le espeta Sarah, harta de ver a su amado arrastrándose por el suelo y perdiendo la poca dignidad que le quedaba.

Un peliculón digno de ver en repetidas ocasiones, pues siempre hay algo nuevo e interesante que se escapó en la primera vista. Demasiadas escenas de partidas de billar pero, realmente estas sirven de telón de fondo para los diálogos y acciones que configuran esta maravillosa historia extraída de la clásica novela de Walter Tevis.

7 jul 2013

Mi encuentro con Marilou - Jean Becker (2012)

¿Nunca te has hartado porque sí, sin más?
El viejo gruñón Taillandier es un conocido pintor que se encuentra inmerso en una guerra contra sí mismo y contra todo lo que le rodea debido a una especie de crisis existencial que carcome sus adentros, Todo a su alrededor le molesta o lo considera estúpido y mediocre y es en esta tesitura en la que decide fugarse de casa sin ningún rumbo establecido dejando únicamente una nota a su esposa. En su vagar sin rumbo por la ciudad conoce a Marilou, una desdichada niña a la que han largado de su casa y que, cargada de rebeldía recorre, como él, el mundo sin ninguna dirección concreta sin perder, a pesar de todo, una encantadora alegría vital. Juntos se apoyarán moralmente el uno al otro de manera que en su aventura son capaces de redescubrirse a sí mismos y de encontrar una razón por la que vivir y por la que sonreir. 

La película está cargada de una tremenda ansia de libertad y de unas ganas incontenibles de vivir, de escapar de todo lo rutinario, lo establecido y, en definitiva, de todo lo que ata y oprime el espíritu en el día a día. Posee, además, unos diálogos fantásticos sobre arte y en cierto modo sobre filosofía en los que se llegan a profundas conclusiones y transmite un trascendente mensaje.



Patrick Chesnais haciendo de Taillandier y Jeanne Lambert como Marilou son las piezas centrales del reparto, seguidas por un sinfín de secundarios que aparecen en escena de pasada pero no adquieren mucha importancia (referido a lo artístico, argumentalmente si que gozan de un gran peso). Ambos protagonistas efectúan una puesta en escena maravillosa, pues son capaces de dejar adentrarse al espectador en su personalidad y explorar todos sus recovecos de forma que al final de la película han creado una especie de familiaridad con sus identidades.

Los paisajes franceses, la música, las aventuras y la personalidad de la propia Marilou transmiten una alegría y una vitalidad espeluznante a la vez que conmovedora con un toque bohemio aportado por Taillandier. A mí, personalmente, la película me ha encantado y la recomiendo, sobre todo para algún día en el que el mundo agobie y sintáis ganas de escapar.




5 jul 2013

El juez de la horca - John Huston (1972)

El juez Roy Bean destrozado tras haber recibido la paliza
Al oeste del río Pecos en Texas se extiende una vasta región sin ley ni orden, sede de todos los forajidos de América, entre los que aparece el barbudo y ya cincuentón Paul Newman. Aparentemente confiado e ingenuo es apaleado nada más que llega en un burdel lleno de personajes estrambóticos cuyas horas pasarían a estar contadas por dicha acción. Paul Newman decide que aquel sitio necesitaba mano dura y alguien que conociese bien la ley, por lo que se convierte en el famoso juez Roy Bean consiguiendo previamente el visto bueno del reverendo Lassalle, representado por Anthony Perkins, el cual arregla todo rezando, incluso los homicidios.

El western adquiere un tono bastante cómico conforme avanza la historia, introduciendo elementos fantásticos como un oso pardo que pasa a ser un miembro inseparable de la familia del juez o muchas ironías y bromas efectuadas por los personajes, aunque al final muestra un tono más crudo cuando tras la marcha de Roy Bean se exhibe el decadente territorio fruto de la fiebre del petróleo que trae consigo la industrialización. Por ello el sentenciador es recordado por los lugareños como un héroe por haber sido el hombre que  logró el bienestar y el auge de la región.

El mensaje de la película es bastante claro y ya está muy reiterado en las películas americanas, allí donde hay ley y organismos capacitados para hacer que esta se cumpla será un territorio próspero donde el hombre solo debe atenerse al dinero, con el cual si triunfa, abrirá todas las puertas necesarias en el mundo, por lo menos este es contrarrestado con la lección moral que da la historia, que hace una crítica del exceso de poder pues este solo produce corrupción y desgaste. También se hace hincapié en que "la ley y la justicia no van siempre de la mano".

Entre los aspectos técnicos no hay nada destacable aparte de la excelente actuación del reparto, ya que los encuadres y la luz son los característicos del género, planos muy amplios, con paisajes formidables, eso sí y cuando se trata de enfocar a los personajes abundan los planos americanos por encima de las rodillas, todo en ambientes luminosos, normalmente durante el día.

1 jul 2013

¿Quién puede matar a un niño? - Narciso Ibáñez Serrador (1976)


Los protagonistas son una pareja de británicos, Tom y Evelyn, interpretados por actores de muy poco renombre: Lewis Flander en su primera actuación y Prunella Ransome la cual había hecho anteriormente un papel principal en el filme histórico-bélico "Alfredo el Grande"; estos quieren pasar unas vacaciones tranquilas en la playa y como en Benavis hay una gran aglomeración por sus fiestas populares deciden retirarse a una isla cercana llamada Almanzora, allí no encontrarán ningún atisbo de vida humana salvo una pandilla muy numerosa de niños que se comportan de una forma muy, muy extraña. La historia está basada en el libro "El juego de los niños" de Juan José Plans.

  

La película empieza como una especie de documental en el que se muestra una rápida sucesión de fragmentos que ponen de manifiesto el horror de guerras visto desde el punto de vista de los niños, imágenes del campo de concentración de Auschwitz, de la guerra de Vietnam, de Corea... todo ello cargado además de una gran demagogia y crudeza para hacer sentir una gran aprensión y lástima por los niños, en contraste con el terror y el odio que luego nos producirán conforme avanza la historia.

Esta entrega de Narciso Ibáñez es innovadora dentro del género del terror puesto que abandona la tan usual oscuridad de este tipo de cine y es capaz de horrorizarnos a plena luz del día en un pueblo de casas blancas que casi hace daño en los ojos de la claridad desprendida. En su lugar utiliza otros recursos muy buenos. En primer lugar las risas y la canción de los niños que da la sensación de una inocencia diabólica. En segundo lugar el espectador sabe de primera mano lo que ocurre en la isla mientras que la pareja permanece feliz sin mostrar ninguna señal de sospecha, sobre todo la mujer, lo cual produce un sufrimiento al ver como avanzan hacia el peligro entretanto que tú no tienes posibilidad de avisarles, obviamente. Por último, un matiz que también afecta es la compasión de los británicos hacia los niños que impide hacerles daño a la vez que estos sí que buscan hacérselo.


En lo concerniente al reparto, la actuación de la pareja no es destacable, el hombre se salva pero la mujer no es muy buena actriz, aunque tampoco supone mucho puesto que estos son dos simples sujetos pasivos sobre los que se desencadenan los horripilantes sucesos, la que sí importa es la intervención de los niños y esta es impecable. Otro aspecto interesante de la película puede ser por ejemplo una conversación que tiene lugar en la habitación del hotel sobre la película "La Dolce Vita" en la que tras una largo palique se acusa descaradamente a Fellini de ser un fascista, irónicamente supongo. En definitiva es una película bastante recomendable por su originalidad y por ser una de las mejores películas de terror que, además, es española.