29 nov 2013

The battery - Jeremy Gardner (2012)

El título de esta película alude a una frase que el protagonista cita, refiriéndose a que ante su fortuita aventura debían estar más unidos que nunca su compañero Adam Cronheim y él, el propio Jeremy Gardner. El autor es, a su vez, el guionista y actor principal de esta obra norteamericana del cine independiente de bajo presupuesto, 6.000 dólares, para ser precisos. Pretende pertenecer al género del drama postapocalíptico pero de todas las etiquetas atribuibles, la que más flojea es esta. 

En sí, el film es la historia de dos amigos que tras una epidemia zombie emprenden un viaje con la intención de buscar la salvación en una Nueva Inglaterra evitando las ciudades. A diferencia de las clásicas películas de zombies, los personajes salen de los focos de infección y huyen al campo, donde transcurrirá la narración, excusa también para el escaso número de infectados que rondará los 50, para los cuales utiliza extras repetidos que serán maquillados por una artista amateur que aprendió a caracterizar zombies el día anterior al rodaje, nada de esto es visible a simple vista, son palabras del propio Jeremy Gardner, a quien tuve el placer de ver y escuchar en una conferencia tras la proyección, un tipo muy divertido pero que, en mi opinión sobreactuaba en la vida real y era, como alguien dijo allí "todo un personaje, pero un personaje creado, artificial". 

Los directores de cine Ian Loreños,
Jeremy Gardner y Charles de Lauzirika
en el 23 Festival Fancine Málaga
Para las personas amantes del campo y la naturaleza, serán un punto muy positivo los escenarios, pues la acción de desarrolla en bellos parajes naturales con vacas pastando, lo que destruye el estereotipo de película de zombies grisácea y deprimente para ofrecer una estética verde y alegre. Allí veremos a un Jeremy, que por las pintas ya denota un cierto naturalismo (admitido luego en la entrevista), trotando como si de Heidi se tratase, bañándose desnudo en helados ríos... alguien le preguntó si fue estrictamente necesario la escena del desnudo integral, a lo que respondió "¿te hubiera parecido sincero y realista si hubiese puesto a ese personaje a bañarse en ropa interior, como en un principio se iba a hacer?". Hay una escena que llamó mucho la atención entre los espectadores por su calidad que es un baile que ejecuta borracho en una casa abandonada, uno de los mejores momentos, pues la combinación de su baile con la fantástica banda sonora que aparece es brutal y posee mucha fuerza y ganas de vivir y ser libre a pesar del exterior.

Póster de la película
que ya sugiere la diferencia
de las dos personalidades
Adam Cronheim, interpreta al compañero de viaje de Jeremy, su alter ego que configura la parte realista, apagada y deprimente de la película y no porque sea mal actor sino porque caracteriza muy bien a un personaje de mentalidad burguesa, incapaz de ver la belleza de lo que le rodea, unido siempre a sus auriculares que simbolizan su apego a la civilización, Jeremy se burla además de la estúpida indistinción posmoderna de violencia y autodefensa; se dedica a fumar y a contemplar como su amigo gordo, sucio y primitivo pero agradable y feliz mata a los monstruos del camino con un bate de baseball. 

El baseball tiene mucha importancia en el film pues los protagonistas eran catcher y pitcher, posiciones del deporte mencionado (no recuerdo quien se corresponde con cada una), esto constituía una metáfora, pues son dos posiciones complementarias que poseen unas características que se correspondían con la forma de ser de cada uno de ellos (las cuales me encantaría explicar pero, muy señores míos, no tengo ni zorra idea de baseball y no recuerdo lo que dijo el director). Además tiene mucho que ver con la cadencia de la película pues el baseball es un deporte lento y constante que incorpora de repente momentos de tensión y desasosiego. No sé por qué pero creo que Jeremy Gardner era un aficionado al baseball.

Adam Cronheim y Jeremy Gardner

Fotograma de una de las escenas finales
Lo único que veo criticable en la película es tanto el comienzo como el final, que son demasiado lentos, el principio es un encuadre fijo de Adam C. fumándose un cigarro entero sentado en un porche, mientras escucha música, este último elemento salva la escena. La última escena encuadra también el interior de un coche en el que Jeremy también se dedica a fumar. Es además, una escena agobiante y desagradable por la que el director se disculpó, pues según parece, se arrepentía haberla incluido de forma íntegra, era espesa y carente de fondo o sentido. Por lo demás, es una obra que merece mucho la pena ser vista y que destruye por completo el molde del gastado género postapocalíptico, elaborada en dos semanas en compañía de sus amigos con la libertad que aporta la autogestión y con el amor por cine de un loco aficionado con ganas de compartir experiencias y emociones.

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