La belle verte, pues ese
es su título original es una película que estuvo prohibida en
diversos países de Europa por manifestar en su interior ideas que,
pese a parecer utópicas en un primer visionado hacen pensar. Utópico
en el sentido que se utiliza normalmente, es decir, contrario a
cualquiera de las bases que dominan esta sociedad.
Fotograma que muestra un "concierto de silencio" |
Muestra, en un principio,
una de las reuniones anuales que se celebran en el ficticio planeta
sobre el que se articula la historia. Estas se celebran en la cima de
una montaña porque tras ascenderla a pie eres más sabio y se
encuentran presentes los delegados de cada familia que expondrá la
situación de su realidad, abarcando esto: los productos que puede
ofrecer por tener en exceso, los alimentos u otros bienes de primera
necesidad de los que andan escasos y poco más. En la asamblea, uno
de los puntos a debatir son los viajes que hacen a otros planetas
para examinar sus circunstancias y ayudar en lo que sea posible, en
este contexto se alzan muchas manos en el llamamiento a explorar
otros muchos planetas ficticios pero ninguna para visitar la Tierra.
El último que fue comienza a resumir como la esperanzadora
Revolución Francesa se corrompió y ensució para acabar extendiéndose, en
el desarrollo de sus ideas, la industrialización por todo el mundo y
es en esta tesitura cuando se aprovecha para iniciar la crítica a la
sociedad actual que impregnará ya hasta el último segundo de la
obra. Sin embargo, no es esta una crítica fría, destructiva sino
llena de belleza, sátira y posibles alternativas a muchos de nuestros
cotidianos problemas.
Coline Serreau |
El análisis del mundo se
desarrolla en Francia, concretamente en París, ciudad a la que la
chica que finalmente decide ir es transportada. La chica (Coline Serreau) es el órgano
que por la condición de que ha sido criada en otro tipo de
civilización no entiende muchísimos de los elementos que conforman
la nuestra y esta condición es perfecta porque constituye la
antítesis de la idea tan arraigada a nuestro tiempo de que todo
cuanto vivimos se basa en la naturaleza del hombre cuando no es así,
el dinero, la medida del tiempo, el egoísmo, las ansias de poder, el
sedentarismo, no se encuentran en el hombre al nacer sino que nuestro
instinto de supervivencia las asimila desde tan jóvenes que no somos
capaces si quiera de imaginarnos una vida sin ellas y, peor aún,
aquel que es capaz de imaginarla es tachado de utópico e idealista.
La familia de Mila (Coline Serreau) |
La película propone una
vía de escape representada en el avanzado planeta del que procede
nuestra protagonista que no es sino una proyección de lo que podría
ser la Tierra y no es por una sucesión de episodios y
convencionalismos. En este planeta, según cuentan los hijos de la
protagonista, sucedió una revolución anarquista – nihilista
denominada “Caos Pre-renacimiento” mediante la cual, al llegar al
límite de lo que una sociedad industrializada puede explotar un
mundo y los seres vivos que lo integran, los habitantes destruyeron todo lo que no era estrictamente necesario para una vida feliz y
sentaron las bases de una nueva sociedad basada en el apoyo mutuo, la
libertad y el amor y respeto a la vida, tanto humana como animal.
Como se puede observar, muchas de las reflexiones que se plantean
proceden del movimiento hippie de los '60, de hecho los planos y
escenas parecen tomados en un festival Woodstock o algo similar.
"Fue la solución definitiva, sin compras no había poder... no podían hacer nada |
En definitiva, es un filme hecho para una posterior meditación sobre muchos de los elementos de la vida que damos por sentados, a pesar de ello no solo
se centra en la transmisión del mensaje sino que posee una banda
sonora y unos encuadres del planeta ficticio que no han de ser
pasados por alto, en cambio, es en los rodajes de París donde
flojea bastante. Ya para terminar, recalcaré un pensamiento que
posee infinita razón y es que por descomunal que resulte la
creciente decadencia de nuestro mundo, si hay algo bueno que los
terrícolas hemos aportado al universo es el arte, único
componente de nuestro mundo que admira a los Belle Verterrenses. Es
una especie de representación de ese famoso verso de Neruda, aunque
enfocado en otro sentido:
“Podrán cortar las
flores, pero jamás lograrán detener la primavera”
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