15 sept 2013

El bazar de las sorpresas - Ernst Lubitsch (1940)

Matuschek & Co es una tiendecita de Budapest que servirá de escenario para esta destacada comedia de Ernst Lubitsch, declarada culturalmente significativa por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y escogida para su preservación por el National Film Registry. Está basada en la novela de Miklós László, Illatszertár de 1937. 

Margaret Sullavan y James Stewart
James Stewart encarna al sentimental protagonista del filme Alfred Kralik, el más antiguo de los empleados del bazar que decide cartearse con una desconocida para desahogar juntos sus poéticas ideas y hablar sobre arte, en esto que al final se enamoran el uno del otro y deciden tener una cita, paralelo a esto una nueva chica entra para formar parte de la plantilla de la tienda, Klara Novak (Margaret Sullavan). En el trabajo siempre discuten y se pelean por nimiedades, despreciándose y lanzándose hirientes burlas, cual sería la sorpresa de Kralik al descubrir que no era otra que ella su amiga por correspondencia.

Una de las frecuentes discusiones en el almacén
El protagonista descubre la trama a mitad de película y durante el resto de ésta siente un gran miedo a su cita por si es rechazado, por lo que se dedica con gran afán a conquistarla por medio de cartas y en persona sin desvelar en ningún momento su identidad. Esta situación de que uno conozca todo y la otra parte, nada, es la perfecta para desarrollar un amplio repertorio de bromas, chistes y situaciones muy divertidas que hacen imposible tomarse el drama en serio cuando, por ejemplo, el jefe intenta suicidarse porque se entera de que su mujer tiene un amante y comprende que se ha quedado solo en el mundo, siendo la soledad en Nochebuena el punto álgido de su desgracia que, como no podía ser menos tratándose de una comedia, la circunstancia queda soterrada al coincidir con un empleado suyo, el repartidor para ser más exactos, que además de hallarse solo en Navidad era pobre y no tenía donde ir, todos los cabos quedan al final atados de forma satisfactoria para todos.

Margaret Saullavan, James Stewart, William
Tracy, Sara Haden, Felix Bressart 
Un requisito fundamental que demuestra la calidad de una comedia  es el guión, y esta no se queda atrás pues la novela de Miklós László con los aportes de Samson Raphaelson dan como resultado un guión donde todo está perfectamente incrustado y ninguna frase o acción es vana pues todo tiene una futura razón de ser y una explicación, aunque solo sea provocar una carcajada en el espectador. El clima es algo muy importante también pues da la sensación de estar viviendo en un mundo donde la maldad ha sido erradicada por completo y hasta el personaje más ruin que no es otro que el amante de la Sra. Matuschek parece al final digno de lástima y carente de malas intenciones, luego un jefe que trata bien a los empleados, reparte cuando hay beneficios y cuando despide da buenas indemnizaciones y desbordadas cartas de recomendación, vaya, que Lubitsch se basó completamente en la realidad para caracterizar al Sr. Matuschek. La película posee una estructura casi teatral por los escasos escenarios, siempre lugares cerrados además, una forma de no contaminar el verdadero carácter de los personajes con la presión social que tiende a hacer guardar las apariencias; aunque no por el tiempo, la historia se desarrolla en un espacio de varios meses, dando pequeños saltos temporales cuando nada ha variado entre las relaciones de los sujetos.

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