29 dic 2013

Mi noche con Maud - Éric Rohmer (1969)

Marie-Christine Barrault & Jean-Luc Trintignant
Éric Rohmer pinta sobre el lienzo del realismo italiano una de las mejores obras de la nouvelle vague, pues es imposible no relacionar un estilo con el otro en cuanto a lo puramente estético, las mismas tonalidades, las mismas formas de actuar y de estructuración del guión. Por supuesto que en lo referente a otros aspectos como la temática nada tienen que ver, aunque la abordada en este caso es de carácter totalmente burgués, como gran parte de la industria italiana.

Mi noche con Maud narra la historia escrita por el propio Rohmer, pues se trata de cine de autor, sobre un ingeniero llamado Jean - Louis interpretado por Jean - Louis Trintignant, el infortunado parece tener cara de reaccionario porque en las dos películas que le he podido ver, El conformista de Bernardo Bertolucci y en esta, encarna a un fanático fascista y a un católico convencido, respectivamente, y el caso es que le quedan que ni pintados ambos papeles.

Fraçoise Fabian & Antoine Vitez
Se trata de la alternancia continua de un ambiente erudito y refinado en forma, por ejemplo, de conversaciones filosóficas o conciertos de música clásica; y por otro lado, una irrespirable atmósfera de borreguismo y medianía caricaturizada en pastosas misas moralistas, y lo que la película nos muestra es la eterna dialéctica del mundo manifestada en forma de personajes colmados de profundas antítesis. Tenemos ,por un lado, el personaje sobre el que ya arriba he hablado, este tuvo un pasado deshonesto a causa de sus dotes seductoras y, pese a esto, se presenta en la actualidad a sí mismo como un total moralista. Por otro lado está el papel que interpreta Antoine Vitez, llamado Vidal que fue un antiguo monaguillo militante ahora del Partido Comunista Francés.

Françoise Fabian, la encantadora Maud
El film toma su nombre de un encuentro casual producido por estos dos personajes, antiguos amigos del instituto que llevaban sin verse unos quince años. Tras varias conversaciones se dan cuenta de que poseen intereses parecidos aunque enfocados desde distintos puntos de vista, la filosofía y la cultura abordados desde el catolicismo más rancio o el marxismo más puramente teórico. Aunque el filósofo (y matemático) que consolida su unión es Blaise Pascal, natural de Francia por cierto. Vidal le presenta a una bellísima joven, Maud (Françoise Fabian) y se las ingenia para hacer que Jean - Louis duerma en casa de ella, donde tendrá lugar una conversación cargada de sabiduría, humor y confidencias que considero el fragmento clave en la obra. El resto está constituido por una intrincada red amorosa con sus líos y sus resoluciones que poco interesan. Me explico, desde el punto de vista argumental tal noche es una nimiedad si se contrasta con el resto del guión, pero si valoramos la técnica y el valor artístico, en ella se halla contenida la esencia, el mensaje, el sentido de la película.

Este es el tercer capítulo de los Seis cuentos morales de Éric Rohmer, nombre que recibió una determinada serie de películas de carácter muy intimista, rasgo por el que destacaba dentro de la Nueva Ola, esta colección se inicia tras su debut Le signe du lion (1959). Aparte de esta pieza, cinco más conforman la secuencia completa: La panadera de Monceau (1962), La carrera de Suzanne (1963), La coleccionista (1967), La rodilla de Claire (1970) y El amor después del mediodía (1972).

(Atrás) Jean-Louis Trintignant &
Marie-Christine Barrault
El destape de las verdaderas personalidades es la meta del autor, pues presenta a los sujetos como polos opuestos, cada uno con sus férreas ideas que poco a poco va desnudando hasta dejar al descubierto el ego, palpitante y gruñendo, como una bestia que depende totalmente para crecer de la defensa de posturas originales y radicales tras las que solo hay ansias de respetabilidad y crecimiento personal. Individualismo al fin y al cabo.

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